Todas las bibliotecas queremos que la gente acuda a nuestra biblioteca de forma presencial, sobre todo después del trago amargo que nos trajo la pandemia y el confinamiento. Esto conflictúa a algunas bibliotecas y sus áreas de comunicación en cuanto a la promoción de los recursos digitales, ya que al darles publicidad a este tipo de recursos tienen el temor de que sigan quedándose en casa.
Hay que recordar que una de las cosas más valiosas que aprendimos de la pandemia es la conveniencia de contar con recursos digitales y que forzosamente nuestros usuarios se familiarizaron con ellos. El uso de libros electrónicos, audiolibros y bases de datos electrónicas se exponenciaron en las bibliotecas de todo el mundo. Lo anterior es una excelente noticia, incluso muchas bibliotecas captaron nuevos usuarios a los que nunca habían llegado fuera de sus territorios.
Ahora queremos que las personas regresen a las bibliotecas y hay cierto temor en seguir promocionando los recursos electrónicos, pero debemos de tomar en cuenta que vivimos en un mundo híbrido donde coexisten tanto los libros físicos como electrónicos que satisfacen distintas necesidades, todos somos diferentes y el libro físico es apto para unos y el electrónico para otros, a algunos les gusta asistir a la biblioteca y a otros consultar desde internet en el lugar de su preferencia.
Como áreas de comunicación y mercadotecnia de bibliotecas no debemos perder de vista la promoción de ambos recursos y para ello debemos de conocer mejor a nuestro público, saber que les gusta, que los atrae a venir a la biblioteca o a quedarse en casa ¿Es un tema de distancia, comodidad, o incluso ambientación? Todas estas preguntas (y más) sin respuesta nos ayudarán a quitarnos la incertidumbre y atender mejor a los distintos tipos de usuarios.